No vayan a lincharme por el titulo de este post. En la sala de juegos Astoria no se discrimina a nadie... salvo que no tengas dinero, claro esta. Luego de aclarar el punto, ya que así no me cae un juicio por difamación, entrare a contar lo siguiente.
Hace unos días Dubber, el encargado del almacén, nos informó lo siguiente:
Chicos, tengo como 16 kilos de cerdo, y se tiene que acabar para el fin de mes... a si que hagan algo.
Y pues como Ronald y yo somos unos lobos en computación toda la semana que paso fue una semana con la rica carne de cerdo. Al pollo lo remplazamos con cerdo, al pescado con el cerdo... ¡incluso algunos sanguchitos de huevo pasaron a ser de cerdo!.
Entre broma y risa le comente que estaríamos envenenando o provocando que un alma judía este a un paso de perder su alma. Y Ronald se dio cuenta del detalle. Es verdad, los judíos no pueden comer cerdo, me dijo y yo asentí.
Sin querer queriendo me sentí un terrorista biológico contra un grupo especifico de personas que por siglos les han dado con palos, piedras y demás cosas que la humanidad a tenido a mano y que de seguro, si no cambias las cosas, les lanzaran cuando aprendan a hacer otras armas de destrucción masiva. Lo que no pudo el Frente de Liberacion de Palestina sin salir impune, yo lo estaba haciendo... ¡y me pagan por eso! Solo me quedo rezar a mi Dios, que se sacrifico por nosotros, para que entre la gente que viene a la Sala no hubiera un judio a quien malogarle su existencia espiritual.
Asi fue que comenzamos la Semana Atisemita en el Astoria, por suerte ya se acabo el cerdo y volvemos a la ración normal de carnes de res y pollo en el salon de juegos.
Aunque Dubber me dijo hoy que hagamos algo con pollo porque tenemos como 25 kilos de pechuga... espero por Tata Dios que alguien por motivo religioso no sea alérgico al pollo... y que no me caiga una demanda por eso.
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