Ya pasamos la mitad del año. es agosto y desde febrero estamos encerrados por la pandemia.
Celina y los niños hacen lo mejor que pueden. Y yo intento no caer en gritos por cualquier cosa que hagan los niños.
Pero alli vamos, luchando, como el resto del mundo.
Esto no quiere decir que no amo a mi familia, es al contrario. Si no fuera por los niños y mi Celina, hace rato hubiera bajado los brazos y me hubiese ido de aqui. Son mi sosten y alegria.